Aunque los complementos femeninos siempre hayan tenido mayor presencia e incluso variedad en las tiendas especializadas, y hayan sido el toque perfecto para encontrar el look ideal de cualquier mujer, los complementos masculinos están ganando cada vez más peso, sobre todo los más formales, que llevan con nosotros ya mucho tiempo pero que ahora están empezando a liberarse un poco más, adaptándose a la gran variedad de gustos que los hombres también necesitamos. Desde gorras y gafas de sol a pulseras, los complementos informales están ya sobradamente instalados en nuestro vestuario, para cualquier salida diaria. Sin embargo, con los formales solemos ser algo más precavidos, porque los utilizamos en eventos importantes, donde hay que ir bien elegante y no dar mucho la nota… pero también encontrar nuestro propio estilo para no quedar demasiado sosos.
Al contrario que las chicas, los hombres suelen tener muy claro lo que van a ponerse en esos eventos importantes. Azul marino, gris, negro o de cualquier otro color, el traje parece imprescindible para este tipo de eventos como bodas, bautizos, etc… Hay veces enlas que podemos llevar pantalón y americana con una camisa debajo, pero es un look algo más informal. El traje se ha convertido en el indispensable de fiesta para los hombres, y además de la camisa, que tampoco puede faltar, la corbata siempre ha sido el acompañante clásico, el complemento perfecto para darle el toque de distinción y color al look. En los últimos años, sin embargo, hay otro tipo de corbatas que se han vuelto mucho más populares, aunque la mayoría las conoce por otro nombre muy curioso: pajaritas.
Historia de la pajarita
Llamadas originalmente “corbatas de lazo”, un nombre que ya se ha perdido bastante en el tiempo, las pajaritas son un complemento que ha gozado de gran popularidad en el último siglo, con ciertos altibajos, eso sí. Acá en Argentina también se la conoce como moño o moñita, y es que el nombre del complemento va cambiando en cada lugar, pero su forma es siempre la misma: un pequeño lazo que va anudado bajo el cuello de la camisa, como la corbata, y que se mantiene en la parte superior de la misma, bien centrada y con sus dos extremos más abiertos y anchos. Su origen es ciertamente curioso y tiene que ver con los piratas y mercenarios del Adriático en el siglo XVII, que anudaban los cuellos de sus camisas con pañuelos de vistosos colores, llamados croatas, precisamente por la procedencia de aquellos mercenarios. De manera sorprendente, aquel complemento fue adoptado por las clases altas francesas.
Ese paso definitivo, de ser utilizado por “criminales” a ser la última moda entre la burguesía francesa, fue lo que ayudó a la fama de este tipo de complemento. De hecho, no se sabe que fue antes, si la moña o la corbata, puesto que en aquella época ambos complementos surgieron muy a la par. El caso es que durante el siglo XIX, su utilización en Francia y otros países europeos fue masiva, dejando atrás ya los gruesos pañuelos que hasta entonces se anudaban al cuello, y eligiendo este método mucho más elegante. La pajarita suelo sucumbió un poco ante la fama de la corbata, que se convirtió en el complemento favorito para llevar traje. Sin embargo, ha sobrevivido hasta nuestros días no solo en esa función de complemente elegante, sino también como un vistoso elemento en el look infantil, o en determinados espectáculos, donde suele ser utilizada por los artistas y maestros de ceremonia.
La pajarita en la actualidad
Actualmente, la moña vive una nueva era dorada, gracias a que muchos la escogen para llevarla en sus looks para eventos importantes, sobre todo los más formales. Queda muy bien especialmente con el esmoquin, que tiene un corte mucho más simétrico que el traje y permite lucir mejor tanto la pajarita como la camisa. De hecho, es una elección muy consciente en muchos casos, precisamente para dejar espacio a la camisa al aire entre el traje, que no sea ocupado por la corbata, por ejemplo. Aunque su tamaño suele ser menor, la moña también se puede lucir como complemente vistoso, con numerosos estilos y dibujos que marcarán la diferencia y nos harán llamar la atención, si es lo que estamos buscando, sin salirnos demasiado de lo elegante del evento.
Modelos de pajarita
Si bien es cierto que podemos encontrar diferentes modelos de pajarita actualmente en el mercado, las diferencias entre ellos no son demasiado grandes, así que dependerá de nuestro gusto el escoger una u otra. Más allá del diseño que puedan tener o de su color, las pajaritas pueden ser de ala de murciélago, con los dos extremos completamente simétricos, o de cardo, conocido también como mariposa, con ciertos pliegues que la hace algo más diferente. La diferencia radica sobre todo en el tamaño de los extremos, y en su uno es más grande que otro. Es usual encontrar hoy por hoy las pajaritas ya preatadas, para que sean mucho más fáciles de color, pero al fin y al cabo, como pañuelos pequeños que son, también podemos encontrarlas en su forma original y atarlas nosotros mismos para darle el estilo que queramos.
Consejos de compra
Comprar una moña no es hoy por hoy complicado ya que podemos encontrarlas en montones de tiendas y lugares especializados. Nosotros recomendamos estos últimos, y si pueden ser locales cercanos, mejor que mejor. Hoy en día, con Internet, cualquier puede comprar estas moñas online, pero a veces el color no es el que aparecía en la foto, y eso puede dar lugar a malentendidos. Comprarlas en vivo y en directo suele ser la mejor solución. Las pajaritas se pueden comprar en seda, algodón y todo tipo de materiales, así que elegiremos bien cuál es el que queremos. Las hechas a mano tienen mucha más calidad y ofrecen además la posibilidad de ser personalizadas, lo que nos permitirá resaltar aun más con nuestra pajarita, al ser diferente a todas las demás. El precio es otro factor clave, por supuesto, pero las pajaritas de calidad no suelen ser demasiado caras, sobre todo teniendo en cuenta que podemos utilizarlas en más de una ocasión.