Juguetes eróticos, un negocio en alza

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Los tiempos cambian de forma imparable, y a veces esto se denota en los más pequeños detalles. En una fiesta de cumpleaños, un grupo de amigas se reúne en la casa de la cumpleañera para celebrar por todo lo alto ese aniversario. Ella ríe, bebe y disfruta de la compañía de sus chicas, aunque también hay hombres, familiares, etc… Llega la hora de abrir los regalos, después de disfrutar del pastel. Joyas, algún que otro libro, mucha ropa… y algo aún más especial. Cuando se acerca al regalo más pequeño, sus amigas comienzan a reírse de forma compulsiva. La cumpleañera lo abre con cuidado y sus ojos se agrandan. Se lleva la mano a la boca para reprimir un grito y riéndose, muestra lo que venía envuelto. Se trata de un succionador de clítoris, el de esa marca tan famosa. Todos ríen, algunas personas mayores sin entender qué es aquello, algunos hombres con sonrisa forzada…

Esta imagen sería impensable hace apenas unos años, pero hoy en día se repite en muchísimas celebraciones de cumpleaños, o cualquier fiesta donde haya regalos de por medio. El placer femenino ya ha dejado de ser un tabú, y el precio asequible de este tipo de juguetes sexuales ha traído una nueva era donde su éxito está siendo arrollador. Un terreno que hasta hace no tanto parecía casi clandestino, un negocio que ya movía mucho dinero, pero no podía expandirse más, precisamente por esas limitaciones “morales”. El negocio de los juguetes sexuales lleva funcionando en la sombra desde hace décadas, tanto para hombres como para mujeres, pero como ocurre también con el porno y otros tantos sectores relacionados con el sexo, la visibilización de la mujer queda en un segundo plano… hasta ahora. Las cosas han cambiado tanto que ahora un vibrador puede ser un regalo tan perfecto como un buen libro para una amiga, y ella lo mostrará orgullosa. Tanto es así que las conversaciones sobre el uso de estos aparatos ya acaparan tardes de café, demostrando que poco a poco, el empoderamiento femenino también está llegando al mundo del placer sexual.

El placer al alcance de la mano

Y es que el negocio de los juguetes sexuales está creciendo a pasos agigantados en los últimos tiempos, apoyado, como vamos a ver, en una mentalidad mucho más abierta. Hay quien afirma que es la propia sociedad la que se está sexualizando, y no precisamente para bien. Sin embargo, este tipo de opiniones parten de una premisa más moral que científica. No hay nada de malo en la masturbación, en tener nuestro propio placer al alcance de la mano. La situación vivida durante la pandemia y el confinamiento, con millones de parejas separadas entre sí, y personas solas que no podían conocer a gente nueva, sirvió como auténtico revulsivo. La salud sexual es muy importante para una salud mental y física apropiada, y estos aparatos pueden ser las herramientas perfectas para disfrutar de ese placer que a veces se nos resiste demasiado. Por nuestra cuenta, sin necesidad de nadie.

Una mentalidad más abierta

La libertad de disfrutar con estos juguetes siempre ha estado ahí, si lo pensamos bien. En la mayoría de países, este sector ha estado permitido desde hace décadas, y no había nada ilegal en vender un vibrador o una vagina de silicona a cualquier persona mayor de edad. ¿Qué era lo que nos reprimía a utilizar este tipo de juguetes? La propia sociedad, y el tabú que se había levantado en torno al placer propio. Tener un consolador en casa no era algo apropiado para una mujer, ni siquiera para aquellas que estaban solteras y preferían disfrutar de ese placer por sí mismas. Para los hombres, este tipo de artilugios eran una herramienta con la que desfogarse en momentos puntuales. No se consideraban tan perniciosos como los vibradores, pero igualmente, un “hombre de verdad” siempre encontraba a una chica con la que poder cumplir sus deseos carnales.

Por fortuna, toda esa mentalidad está cambiando poco a poco, y el impulso que ha dado Internet al conocimiento sexual ha sido brutal y determinante en los últimos años. Muchos afirman que hoy por hoy, el acceso al porno es más sencillo que nunca, y esto nos afecta a nivel sexual, en cuanto al deseo, a la manera que entendemos el placer. Pero no tiene que ser algo malo de por sí. De hecho, naturalizar el placer era algo necesario a estas alturas, para evitar seguir reprimiendo esas ideas totalmente normales. La mentalidad ha cambiado mucho, especialmente para las mujeres, que hoy por hoy no se avergüenzan de utilizar vibradores o succionadores de clítoris. De hecho, lo toman como una victoria de su propio empoderamiento, de la capacidad de decidir cuándo y cómo darse placer.

Replicas llegadas desde el porno

Las ventas de juguetes sexuales han aumentado de forma considerable en el último lustro. De hecho, según algunos estudios, el crecimiento seguirá dándose todavía unos años más, a razón de más de un 12% cada año. La industria ya factura cientos de millones de dólares, pero no parece estar cerca de su límite, precisamente porque cada vez son más las personas que se animan a probar estos juguetes. Funcionan no solo como herramientas de placer propio, sino también para introducirlos dentro de la dinámica de las parejas, como una forma más de disfrutar entre sí. Hay juguetes de todo tipo, porque la tecnología ha avanzado tanto que ahora la personalización de estos aparatos es total, y cada cuál puede obtener su vibrador perfecto.

Uno de los puntos más extravagantes de esta industria es su relación con el mundo del porno. No solo aparecen muchos de estos aparatos en escenas de grandes productoras, en una especie de product placement que suele dar muy buenos resultados, sino que las marcas van más allá. ¿Cómo conseguir que ese nuevo consolador que están preparando se venda más? ¿O que ese cliente apueste de una vez por todas por esa vagina de silicona de última tecnología? Añadiendo el nombre de alguna estrella porno en el paquete, para darle mayor visibilidad. De hecho, las marcas más potentes han trabajado codo con codo con actores y actrices para crear réplicas de sus órganos sexuales, como base para sus productos. Si siempre soñaste tener el sexo de Rocco Sifredi dentro de ti, ahora lo tienes más fácil que nunca. Estas réplicas son más o menos realistas, pero suponen también una comunión perfecta entre el negocio y el placer.

Internet como plataforma de venta

Hablábamos antes de la importancia de Internet a la hora de cambiar la mentalidad arcaica sobre el placer sexual, pero no se trata solo de información. Internet es hoy por hoy el gran bazar del mundo, un infinito centro comercial lleno de enormes tiendas y almacenes que además, están abiertos las 24 horas del día. Los miedos y las dudas sobre las compras online desaparecieron hace tiempo, por lo que ahora todo el mundo puede entrar en cualquier web y pedir lo que sea. También juguetes sexuales, por supuesto, de una forma mucho más elegante y discreta que entrando en la sex shop del barrio. Las grandes plataformas también venden este tipo de juguetes, aunque de forma bastante sutil, cambiando sus nombres para que no tengan una referencia sexual tan clara. Lo mismo da. Se siguen vendiendo por millones, y es que a todos nos gusta sentir placer.