Un emprendedor es una persona de naturaleza inquieta y ambiciosa, que siempre tiene nuevas ideas en la cabeza y que se esfuerza por llevarlas a cabo, por levantar negocios que no solo le permitan vivir bien, sino también desarrollar todas esas ideas que quería cumplir, para ayudar también a su propia sociedad, ofreciéndole algo que hasta ahora no podían permitirse. Cualquiera que haya montado un negocio, por pequeño que sea, conoce los problemas que se derivan de su creación, su mantenimiento y su expansión, haciendo que no sea precisamente fácil llevar más lejos nuestra idea de negocio. Algunos pensarán que cuando un negocio se levanta, bastará con que se mantenga. Sin embargo, siempre hay competencia, nuevos negocios que vienen a comerse nuestro terreno. Antes de que eso pase, expandir el nuestro será una de las mejores alternativas para aguantar bien durante ese tiempo.
Se trata de saber aprovecharlas oportunidades cuando las cosas nos van bien, de seguir invirtiendo lo ganado en prosperar y llegar más lejos, en buscar nuevas vías de expansión para nuestro negocio. En el mundo de la economía, conformarse es quedarse varado, y normalmente eso suele traer consecuencias nefastas para que cualquiera que opte por ese camino. La visión del emprendedor siempre está más allá, y por eso buscará expandirse cuando tenga la oportunidad de hacerlo. Eso sí, no de cualquier manera. No estamos hablando de invertir a lo loco o seguir creciendo como si no hubiera un mañana. Hay que detenerse a mirar cómo está el mercado, a investigar cuáles son las mejores opciones, qué tipo de estrategia nos conviene más utilizar en cada momento, en cada lugar… Solo así lograremos crear una expansión realmente fuerte que nos ayude a generar ese beneficio que estamos buscando.
Investiga el mercado actual
De la misma manera que debíamos investigar el mercado antes de comenzar un negocio, para ver qué opciones tenemos y cuál es la mejor forma de conseguir que nuestro negocio llegue lejos, a la hora de expandirnos la cosa será muy parecida, puesto que debemos tener en cuenta también la situación general del mercado. Seguramente habrá cambiado desde nuestra llegada, y una de las causas seremos precisamente nosotros. ¿Podemos seguir acaparando más audiencia potencial? ¿Hemos conseguido exprimir ya todo nuestro público objetivo o aún tenemos posibilidades de seguir por este mismo camino? La investigación del entorno, del mercado en el que estamos, será primordial para conocer nuestro contexto y actuar en consecuencia, buscando siempre la mejor vía para llegar lejos.
Ofrece nuevos productos
Una de las fórmulas más habituales a la hora de la expansión de un negocio es aumentar la variedad de productos que estamos ofreciendo. Por ejemplo, si tenemos una marca de cerveza y solo ofrecemos un tipo de bebida, podemos expandirnos ofreciendo también cerveza sin alcohol, o cerveza con un toque afrutado, siempre que entendamos que esas opciones tienen nicho de mercado y nos pueden llegar a tener mayor presencia, llegando incluso a un tipo de público al que antes no éramos capaces de acceder. No se trata de vender más productos a la misma gente que ya los compra, sino de expandirnos para intentar obtener más clientela, para acceder a un tipo de público diferente, que tal vez no estaba en nuestro radar al principio. Siempre siguiendo nuestros propios preceptos y cuidando la imagen de marca, por supuesto, para no perder a la gente a la que ya hemos convencido previamente.
Contrata más empleados
Si queremos crecer, es obvio que tenemos que hacerlo en todos los sentidos. Contratar a más empleados significa apostar de manera fehaciente y directa por nuestro negocio, para lograr llegar más lejos, para conseguir que esos empleados que tenemos no tengan una carga de trabajo mayor, sino que puedan desempeñar sus funciones de la manera más eficiente posible, lo que ayudará a la productividad. Este paso es arriesgado porque supone mayor gasto para la empresa, pero como emprendedor ya sabes que cuando contratas a buenos trabajadores no hay gasto que valga, y todo se convierte en una inversión que no tarda en revertir en tu propio beneficio, llegando a ese punto en el que deseabas estar, con mayor expansión, con un crecimiento constante y demostrando a tus rivales tu fuerza y tu posición.
Prueba otras estrategias de promoción
Tal vez no dispongas de tanto dinero como para aumentar tu plantilla de empleados, o directamente quieras concentrarte en un tipo de producto, sin pensar en sacar otros. Pero hay maneras de expandirnos dentro de ese nicho de mercado en el que estamos, porque a no ser que ya seamos la empresa principal y tengamos el control de casi todo el mercado, siempre podremos seguir creciendo. Por ejemplo, con nuevas estrategias de promoción que nos permitan llegar a más público. Ya sabes que tu público ideal es el objetivo, y de ahí seguramente se llegue a un tanto por ciento a la hora de convertirlos en clientes. Lo que debemos intentar es llegar al máximo número de personas posibles para que la clientela aumente, y con ella, también la demanda, la producción y los beneficios.
Segmentación de clientes
Cuando tenemos varias líneas de mercado no podemos seguir pensando en un solo cliente tipo, en un público determinado al que nos dirigíamos, porque es muy probable que ya hayamos encontrado diferentes públicos, muy distintos entre ellos. La segmentación de nuestra clientela se vuelve indispensable para poder acceder a un mayor crecimiento, para tener muy claro a quién nos dirigimos con cada producto, con cada promoción, y contar con esos datos para mejorar nuestros números. La segmentación de clientes es hoy en día mucho más fácil gracias a las redes sociales y al marketing digital, que ya es capaz de diferencia entre distintos sectores de población para dirigir nuestras promociones y nuestros productos solo a los que nos convengan. Intentar gustar a todo el mundo es poco realista, así que debemos conocer muy bien a nuestro público.